4 de febrero de 2008

Ronan & Erwan Bouroullec

Para Ronan y Erwan Bouroullec trabajar en galerías es una posibilidad de desempeñarse fuera de los límites habituales que caracterizan su contribución al diseño industrial. Su necesidad de ir "mas allá" muestra su excesiva alegría, casi de niño, por evadir los lazos que, por trabajar sobre bases concretas, los sujetan. La característica de estas piezas es estar libres de tipologías existentes y/o convencionales. Los hermanos Bouroullec viajan entre lo conocido y lo desconocido, moviéndose en un espacio que deja mucho lugar para el uso práctico.

La inquietante lámpara negra inventa un principio de giro que se inclina en el techo. Se mueve como un organismo vivo. El diámetro exagerado evoca el imponente tamaño de las arañas de luces venecianas.

Las mesas de poliéster moldeado, de aspecto sintético, son enormes formas monolíticas. Su aspecto irreal los asemeja a témpanos de hielo flotantes.


El sofá es una caja negra, una de las formas elementales, de las que Ronan y Erwan Bouroullec gustan tanto. La forma intrigante de 3m x 2m despierta interrogantes sobre la naturaleza verdadera del objeto: ¿esta pieza es un mueble o una celda?

Impresionante ya por sus dimensiones (4mx2.20m), la pantalla parece más una pared tejida que una separación móvil. Uno es seducido por estos remiendos de lana en formas abstractas, geométricas, en colores vivos. El diseño del chasis de aluminio nos recuerda el taller de un fabricante de sillas de montar, con las pieles que cuelgan en los caballetes de metal.Estos cuatro objetos no constituyen una colección, sin embargo representan la investigación constante de los hermanos Bouroullec en la idea de “calidad de la atmósfera”. El uso de la tela es una respuesta. En este caso, es un vehículo para el color, y las superficies enormes, planas, monocromáticas, traen a la mente imágenes de pinturas abstractas.

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