9 de agosto de 2008

“Los abrazos rotos" lo nuevo de Almodovar

Kiti Manver, en plan arpía marbellí de alto-bajo standing. Rossy, comiéndose la nota que acaba de dejarle a su marido Penélope. Angela Molina, en el pasillo de un hospital, desolada. Chus, como la conserje de 'Chicas y Maletas', una película que se rueda dentro de 'Los abrazos rotos'. Penélope asciende la escalera de su destino.
Almodovar habla sobre las escaleras en el cine:
Sin pretender ser exhaustivo me vienen a la memoria algunas de las escenas de escaleras que más me impactaron. Richard Widmark (“El Beso de la muerte”, de Henry Hathaway) arrojando por la escalera a una vieja en silla de ruedas, previamente atada con el cable del teléfono arrancado, simplemente porque la mujer se negaba a revelarle a semejante loco el paradero de su hijo. La risa de Widmark mientras empuja la silla con la mujer inmovilizada por la parálisis y por el cable del teléfono, le convierte en uno de los psicópatas más aterradores del género, cuando todavía no se hablaba de psicópatas en el cine. En las antípodas de Gene Tierney, Vivien Leigh también perdía a su hijo en “Lo que el viento se llevó” cayendo por una regia escalera de terciopelo rojo. Ver a Bette Davis junto a una escalera es como para echarte a temblar (“Little Foxes”, “La carta” o “Qué fue de Baby Jane?”). La escalera también ha sido siempre un elemento arquitectónico que indica poderío, resulta inimaginable la familia Amberson en “Los magníficos Amberson” (también titulada “El cuarto mandamiento”) de Orson Welles, sin la presencia de esas escaleras que comunicaban los distintos niveles del drama familiar. También el misterio se refugia en las partes altas de una escalera (Psicosis), o sirve para que las heroínas de las comedias en blanco y negro de los años 40 y 50 correteen de arriba a abajo con trajes divinos y galanes de ensueño. Además de la escalera digamos gótica, también está la escalera épica. A este tipo pertenece la mejor escena de escalera jamás rodada, la de “El Acorazado Potemkin” (ese carrito de bebé, saltando de escalón en escalón!). Y si se habla de la escalera del “Potemkin” hay que mencionar también al mejor imitador que ha tenido esa antológica secuencia, Brian de Palma en “Los intocables de Eliot Ness”. También recuerdo la escalera operística del tiroteo al final de “El Padrino III”.Y seguro que hay muchas más...

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